COMUNICADO DEL CIP
“Uno coloca su dinero, luego la empresa trabaja para vos y luego te entrega las ganancias y uno gana ese dinero sin hacer esfuerzos”. Estas declaraciones atribuidas a la Sra. Liz Del Padre, Asesora de Planificación de Hacienda constituyen un despropósito más de la administración pública, producto de la crispación y el enfrentamiento generado en los últimos tiempos por la disputa política que enfrenta y divide a los paraguayos. Este tipo de declaraciones delata a viva voz una concepción de fondo muy grave y peligrosa.
Se trata de una línea de pensamiento que se expuso desde la cabeza de esta administración pública al inicio de su mandato, cuando se afirmaba que los empresarios son unos ladrones que durante el día usan el cuello blanco y a la noche se ponen el traje negro para robar. Siguió profundizándose cuando desde la misma oficina de tributación reiteradamente se ha simplificado y dividido al mundo entre pobres y ricos para justificar cualquier ataque tributario a quienes trabajan dentro de la legalidad y abonan impuestos, para sacarles más dinero.
No hay distinciones entre cumplidores y evasores. Se coloca a todos en la misma bolsa y se golpea para tratar de sacar algo más para las arcas de una burocracia insaciable que cobra para no hacer lo que debe hacer. Un sistema que coloca más y más tasas, a los cumplidores o formales, sin contraprestaciones con el fin de sostener la voracidad de un pozo sin fondo que no hace buen uso de todo el dinero que se arroja en él.
Licencias previas (un laberinto de trámites inventados), “inspecciones”, “verificaciones”, “legalizaciones en cadena”, “sellos, contrasellos, visaciones” y un largo etc. que constituyen la verdadera industria de la administración pública, de ganar dinero sin esfuerzo y de contramano al bien público.
Es por eso que algunos funcionarios públicos creen que en el sector privado todo funciona de la misma manera en que ciertos burócratas inescrupulosos del sector público consiguen las gruesas y fáciles sumas de dinero que les permiten vivir por encima del nivel del resto de la esforzada población nacional.
“Uno coloca su dinero, luego la empresa trabaja para vos…sin hacer esfuerzos” es lo que expresa la asesora de Hacienda. Una asesora de tan alto rango que parece desconocer que la empresa se hace con el esfuerzo y el sacrificio diarios, con la dedicación a tiempo completo que muchas veces obliga a postergar la familia y los amigos para poder llegar a fin de mes y cumplir con todos los que confían su desarrollo personal y familiar al trabajo que una empresa genera.
Esfuerzo al que se suma la pesada cadena diaria de contrabando, trabas, dificultades, papelería, desconfianzas, negaciones ideológicas (para muchos la palabra empresario es un insulto), todas éstas trabas generadas por una burocracia ineficiente que no sabe la diferencia entre trabajar y no hacerlo, ya que su sueldo está siempre disponible a fin de mes (con nuestro dinero).
Más allá del burdo mensaje negativo hacia la inversión con el que se contrasta el hoy dudoso interés del gobierno por atraer inversiones al país, está la descalificación del trabajo de miles de empresarias y empresarios paraguayos que se esfuerzan por producir con eficiencia, crear empleos, desarrollar productos y servicios. Esta descalificación del valor del trabajo y el esfuerzo es uno de los principales males que afecta al país.
El CENTRO DE IMPORTADORES DEL PARAGUAY – C.I.P. quiere cerrar este año tan difícil para el trabajo formal, para la empresa seria y sólidamente constituida, tan negativo para la previsibilidad económica y financiera, y tan estéril para el diálogo y la convivencia en paz, con un mensaje positivo. Sigamos creando y engrandeciendo empresas (micro, pequeñas, medianas y grandes), sigamos trabajando seriamente, con esfuerzo y formalidad, con previsibilidad y apertura al diálogo, en la seguridad de que son éstos los valores que hicieron y harán grande al Paraguay del que queremos estar orgullosos.
Comisión Directiva del C.I.P.
Asunción, 30 de diciembre de 2016
##########################